El fenómeno literario de La trenza llega por fin a formato físico y en alquiler en plataformas digitales.
Laetitia Colombani sintió la necesidad de contar una historia que importase a raíz de que una de sus amigas experimentase un vuelco en su vida al recibir un diagnóstico de cáncer de mama. El momento en el que la acompañó a realizar un trámite relacionado con su enfermedad le sirvió de inspiración para dar forma a La trenza.
Planteó la novela como un relato coral, en el que tres mujeres eran protagonistas de tres historias diferentes e independientes, pero entrelazadas como la trenza que le daba título. Smita, Giulia y Sarah reflejan en sus historias algunos de los conflictos a los que deben enfrentarse las mujeres en sus distintos contextos.
Tres mujeres, tres países, un viaje inolvidable
El caso más extremo es el de Smita, atrapada en el estrato más bajo de una sociedad articulada en torno a castas, como es la india. Así, sus circunstancias condicionan la perspectiva de vida que se presenta ante ella y, aunque se encuentra resignada y conforme a mantener su rol en la sociedad, algo en su interior se rebela al ser consciente de que sobre los hombros de su hija Lalita recaen la misma opresión y las mismas obligaciones. Así, Smita decide emprender un viaje hacia un futuro mejor, en el que su hija pueda ir al colegio y tener una vida mejor que la suya.
La segunda protagonista es Giulia, una joven italiana de una zona rural que trabaja en el taller de pelucas de su padre. Giulia se ve obligada a madurar de repente y cargar sobre sus hombros el peso de toda su familia cuando su padre tiene un accidente y es hospitalizado, con pronóstico grave. En paralelo a esta situación, Giulia conoce a Kamal, un inmigrante indio que trabaja en una cooperativa del pueblo, una presencia que dejará una profunda huella en su vida y quizás pueda representar la solución que Giulia necesitaba para su vida.
La tercera protagonista es Sarah, una exitosa abogada que está a punto de pasar a formar parte de los socios del bufete en el que trabaja. Ha alcanzado esta posición mediante un gran esfuerzo, sacrificio y dedicación al trabajo, pero sin descuidar una vida personal que, con sus más y sus menos, es prácticamente idílica: tiene tres maravillosos hijos, mantiene una estupenda relación con el padre de los niños, del que está separada, y lidia con determinación y firmeza con los problemas cotidianos. Pero, de la noche a la mañana, su vida se tuerce cuando, tras un ligero malestar y un desvanecimiento, Sarah es diagnosticada con cáncer de mama.
La novela La trenza, un fenómeno social
La novela de La trenza vio la luz en Francia en 2017, y desde el primer momento, se convirtió en un auténtico fenómeno literario que se ha traducido a más de cuarenta idiomas y no solamente ha sido un éxito comercial, sino también sociocultural: buena parte de su popularidad se debe a recomendaciones directas entre madres, hijas y nietas unidas por la lectura.
Ha sido un título en torno al cual se han articulado abundantes clubes de lectura, ya fuera en bibliotecas (donde se ha convertido en uno de los libros más prestados) o en otros ámbitos, como asociaciones de mujeres.
Tal fue su popularidad que se han realizado varias adaptaciones teatrales. Destacan la versión francesa, de carácter experimental y sumida en las nuevas tendencias escénicas, en la que toda la acción dramática recaía sobre una única actriz; y la versión catalana, adaptada por Clara Segura, con una estructura y planteamiento más convencional y el foco puesto en las tres historias.
También se adaptó a una versión infantil en forma de cuento ilustrado, que en España ha editado Penguin Random House, misma editorial que editó las traducciones castellana y catalana.
El salto a la gran pantalla
Así pues, no era extraño pensar que la novela pudiera dar el salto al cine, pero La trenza lo hizo en condiciones singulares: fue su propia autora, Laetitia Colombani, quien se puso al frente del proyecto, adaptando el guion y dirigiendo la cinta. El rodaje tuvo lugar en Canadá, Italia e India, contando con equipos locales y manteniendo los idiomas de cada lugar.
La neoyorquina Kim Raver encabeza el reparto. Rostro habitual en la televisión norteamericana, la actriz conocida por su papel de Teddy Altman en la serie Anatomía de Grey está en estado de gracia encarnando a la abogada Sarah, en uno de los mayores retos interpretativos de su carrera.
La protagonista india es encarnada por Mia Maelzer, criada en el seno de una familia estrechamente vinculada al cine y a las artes y emparentada con el célebre realizador indio Satyajit Ray. El papel de Smita en La trenza es su primera participación en una producción internacional, aunque ya había llamado la atención con su presencia en el último Festival Internacional de Cine de Venecia.
El trío protagonista lo completa Fotinì Peluso. Apenas seis años han pasado desde que la actriz hizo su primera aparición televisiva, y ya se ha ganado un puesto entre los nuevos talentos interpretativos en su Italia natal. Su papel como Giulia en La trenza le ha servido de trampolín para darse a conocer a nivel internacional.